que tienen otro pasado
y no es el mío,
suelo ir recogiendo cenizas
que siempre vienen de otro fuego
y nunca es el mío.
Tengo ganas locas por volver a
tener,
siento ganas locas por volver a
partir, coger
algo con las manos y que se me
quede su olor.
Quiero sentarme en viejas sillas,
como contemplar viejos rostros
que solo tengo ahora en mente,
como viejos atisbos de necesidad.
Solía regalar olor a sal,
que llevaba conmigo
y era un olor siempre mío.
Solía saber que era el júbilo
el que me aguantaba los pies,
me acostumbré a sostenerme
sin atisbos de necesidad.
Solía poseer entonces tanto
que olvidé cómo fingir.
Solía vivir para contarlo
y ahora lo cuento para vivir.