jueves, 2 de diciembre de 2010

En el nombre de los Padres

Se equivocan, y tal vez lo sepan pero no lo quieran ver. Hablo de los ateos, hablo de aquellos que no confían en la palabra de los Señores. Y digo Señores y no Señor, porque Dioses hay unos cuantos. En concreto, a mi entender, más de 10. Mi prelidección se enfoca a dos de ellos. Uno es más Dios que otro, pero al igual los dos son Dioses.
Ingenuos aquellos que no lo sepan ver, sin sentido sus palabras y sin sentido sus desprecios. No los maldigamos, ellos no tienen la culpa; la tienen los de más arriba, aquellos que se creen Dioses con su bolsillo lleno de dinero y con el ego a la altura de los mismos Dioses. Pero porque pueden, porque tienen poder, porque saben que pueden manejar. Y lo hacen.
Pero con nosotros no podrán, porque aunque no hablemos, somos muchos, y todos estamos acompañados de nuestros Señores, nuestros Dioses. Ellos nos enseñan el camino y nos hacen saltar de emoción, al ritmo de su himno. Nuestra hermandad no morirá, y seguirá aguantando, porque ninguna batalla está perdida mientras exista un lunático capaz de dar la cara por ella.
Díganles a los ateos que dejen su no-creencia, díganles que no saben ver, díganles que sus teorías son en vano. Háganles saber que Dios existe, y que es perfecto, pero díganles que no podrán escuchar su canción divina, porque Led Zeppelin y Guns'N'Roses, al igual que muchos otros más, ya no hacen conciertos.

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